Al ingresar al Búnker, usted pasó por el Túnel de Estallido, que fue diseñado para desviar una onda explosiva nuclear y protegía las puertas de entrada. El Búnker en sí puede proteger, suministrar agua y alimento a 500 personas durante 30 días, incluyendo al gobernador general, al primer ministro y el Gabinete de Guerra, además de las unidades esenciales de gobierno, el personal militar y civil necesario para mantener el funcionamiento diario del Búnker.

Si hubiera caído una bomba nuclear, no habría habido familias aquí. Las actividades en el Búnker eran ultrasecretas, y solo las personas designadas hubieran sido admitidas. Ningún amigo. Ningún familiar. Ningún niño.

El personal que arribaba por estas puertas se reportaba en el mostrador de seguridad y recibía una identificación de seguridad con un código por colores. Dependiendo del color, el personal podía acceder a secciones específicas del Búnker. Mike Green, un técnico en teletipos del Búnker entre 1968 y 1972, explica cómo funcionaba:

“Yo no podía entrar a aproximadamente entre el 85 y el 90 por ciento del lugar... si no era necesario que uno estuviera en un corredor o en un área, no iba allí. Además, las identificaciones señalaban mediante diferentes franjas de colores si uno estaba autorizado para entrar a un área o no. Y cada vez que uno llegaba a una puerta, si no tenía el color adecuado para pasar por ella, no pasaba.”

Luego de un ataque nuclear catastrófico, cualquiera que llegara al Búnker podría haber tenido una dosis de radiación mortal en la piel y la ropa. Por favor pase al conducto de descontaminación para conocer más sobre el proceso.

[chime]